Marcos
Gutiérrez trabajaba como asalariado para el Sindicato de Limpiezas de
CGT Madrid, realizando labores de administrativo. Durante el primer año
de trabajo estuvo sin contrato y cobrando en dinero negro. En 2009, un
año después, tras hacerle contrato, le aplican el convenio de oficinas y
despachos, uno de los peores del entorno laboral. Simultáneamente a
esta relación laboral, Marcos estaba afiliado al Sindicato de Banca de
CGT Madrid y ocupaba el cargo de Acción Social en la federación de CGT
Madrid-Castilla La Mancha.En 2011 cambia la relación laboral de Marcos,
sufriendo un estrecho control y acoso por parte de algunos dirigentes
del sindicato, según sus propias palabras “un control peor que en
algunas empresas”. En mayo le comunican que le van a despedir y le
ofrecen la indemnización de 45 días pero excluyendo el año sin contrato.
Le exigen además que, de puertas afuera, diga que deja el trabajo por
baja voluntaria. Pero no consiguen echarle. En octubre le quieren
obligar a firmar una hoja de “confidencialidad”, como las que se usan
habitualmente en las empresas, pero fechada a 1 de noviembre de 2009, la
fecha en que firmó el contrato. Le pedían que firmara su propio despido
disciplinario. Marcos se niega y acude al abogado. Al día siguiente le
advierten de su despido para el 30 de octubre. A partir de entonces le
realizan otro tipo de acoso, trasladándole a otra planta aislado y sin
hacer nada, una típica táctica para conseguir su baja voluntaria.El
Sindicato de Limpiezas aprueba en un “pleno de delegados” (al que la
afiliación no tiene derecho a asistir) el 2 de noviembre el despido de
Marcos. Esa misma tarde le dan la carta de despido. Un despido
disciplinario basado en una sarta de mentiras para después pasar a
reconocer el improcedente. Entre otras cosas se argumenta que su
militancia de acción social interfería en su labor como administrativo
del sindicato. El trabajador no tiene ni una sola sanción por las faltas
que se le imputan.Tras el despido se inició una campaña por algunas
organizaciones de apoyo a Marcos, incluyendo concentraciones en la
puerta de CGT. El Comité Confederal sacó un comunicado (http://www.otromadrid.org/articulo/13506/comunicado-publico-ante-despido/)
en el que no dice nada y echa balones fuera. El 28 de noviembre tuvo
lugar la conciliación en el SMAC y CGT ofreció los 45 días por año,
incluyendo ahora sí el año sin contrato. Pero Marcos no aceptó, pues él
quiere la readmisión, por lo que tendrá que ir a juicio.Ante la petición
abierta de apoyo para la campaña por su readmisión, Marcos fue
entrevistado por el Sindicato de Oficios Varios de CNT Madrid en
diciembre. Tras conocer su conflicto a fondo, nuestro sindicato comunica
lo siguiente:• Denunciamos, como no puede ser de otra forma, la brutal
explotación, acoso y despido sufridos por un trabajador dentro de esta
organización. Identificamos en el conflicto las típicas tácticas
patronales de incumplimiento de la legalidad, estafa, acoso físico y
moral, amenazas, despido e intento de robo de cantidades. Denunciamos
igualmente la jerarquización empresarial de una organización
supuestamente sindical.• El SOV de Madrid, que representa en este ámbito
a la CNT-AIT, no puede apoyar ni defender la readmisión de este
trabajador en tanto que continúa afiliado a la organización que le ha
explotado y despedido, y por tanto sostiene con su militancia y su cuota
a la misma entidad que le ha explotado y que sin duda sigue explotando
trabajadores/as. La coherencia entre fines y medios es una
característica esencial de la anarcosindical que no podemos obviar, y la
coherencia no es un principio exigible exclusivamente a las
organizaciones, sino también a los individuos. No podemos defender un
puesto de trabajo si el trabajador continúa defendiendo, y aún más
formando parte, de la entidad que le despide. Y ante la argumentación de
estar afiliado a un sindicato y despedido por otro, mantenida por el
propio Marcos, afirmamos que se trata de la misma organización. Si bien
los sindicatos en CGT tienen cierta autonomía, todos comparten unos
principios y una metodología que permite que se den estas situaciones,
amparando el contrato y despido de trabajadores/as, la jerarquización,
la existencia de liberados y todas las demás prácticas de las
organizaciones antiobreras. Añadimos que, casi 3 meses después del
despido, todos los organismos de la CGT se han inhibido de actuar contra
el sindicato que le despide.• Denunciamos también el oportunismo de
organizaciones como Solidaridad Obrera que inmediatamente se han lanzado
al carro del conflicto con la clara intención de sacar beneficio propio
sin el menor sentido crítico, lo cual es propio de una organización que
defiende el mismo modelo sindical antiobrero que la CGT, en donde se
prima la forma sobre el fondo.
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