Enviado por SOV-Compostela el Sáb, 15/10/2011 - 21:24.
Después de varios meses de conflicto sindical entre la Sala Nasa y la CNT, se ha llegado a un acuerdo satisfactorio para los trabajadores en el que la Sala Nasa reconoce las deudas y los incumplimientos en materia laboral que tres de sus ex-trabajadores habían demandado judicialmente. Ee de destacar que este acuerdo se consiguió mediante la acción directa, es decir, la resolución del conflicto sin recurrir a intermediarios, vis a vis con el empresariado.El conflicto dio comienzo cuando, después del cierre de la Sala Nasa en el mes de Julio, la totalidad de la plantilla de la sala es despedida. Tres de estos trabajadores demandaron por no haber recibido la liquidación que les correspondía, así como cualquier otro concepto de los que anteriormente les adeudaban: vacaciones y diferencias salariales por no aplicación del convenio colectivo.Paralelamente la CNT comenzó una campaña de denuncia pública y de presión mediante la acción sindical como es habitual en nuestros conflictos. Esta campaña no se limitó sólo a la ciudad de Compostela, sino que se extendió a todo el Estado, haciendo hincapié en las actuaciones teatrales del grupo Chévere - gestores de la Sala Nasa - en Palma de Mallorca, donde las tres concentraciones llevadas a cabo por los compañeros del sindicato de Palma resultaron fundamentales para hacer entrar en razón al empresariado implicado.Conflictos como este ponen de manifiesto que, a pesar del disfraz ideológico con que se cubra, el empresariado constituye una clase con intereses contrarios a la clase trabajadora. En este caso, el empresariado teóricamente más izquierdista no dudó en emplear las prácticas más reaccionarias a la hora de enfrentarse a la reclamación de los derechos más básicos por parte de sus trabajadores. Puede ser díficil creer que un empresariado que hace gala, en sus discursos y representaciones, de posiciones anti-capitalistas y revolucionarias, mantenga a sus trabajadores en las condiciones más precarias e intente deslegitimar a los propios trabajadores cuando ejercen las acciones que consideran convenientes para conseguir el poco que les permite reclamar la legalidad.Desde la CNT seguimos manteniendo nuestros irrenunciables posicionamientos de clase y nuestra independencia de toda corriente política o estructura económica. Sólo desde esta independencia podemos denunciar los incumplimientos por parte de toda la clase empresarial, sean reaccionarios o se vistan de revolucionarios.
Después de varios meses de conflicto sindical entre la Sala Nasa y la CNT, se ha llegado a un acuerdo satisfactorio para los trabajadores en el que la Sala Nasa reconoce las deudas y los incumplimientos en materia laboral que tres de sus ex-trabajadores habían demandado judicialmente. Ee de destacar que este acuerdo se consiguió mediante la acción directa, es decir, la resolución del conflicto sin recurrir a intermediarios, vis a vis con el empresariado.El conflicto dio comienzo cuando, después del cierre de la Sala Nasa en el mes de Julio, la totalidad de la plantilla de la sala es despedida. Tres de estos trabajadores demandaron por no haber recibido la liquidación que les correspondía, así como cualquier otro concepto de los que anteriormente les adeudaban: vacaciones y diferencias salariales por no aplicación del convenio colectivo.Paralelamente la CNT comenzó una campaña de denuncia pública y de presión mediante la acción sindical como es habitual en nuestros conflictos. Esta campaña no se limitó sólo a la ciudad de Compostela, sino que se extendió a todo el Estado, haciendo hincapié en las actuaciones teatrales del grupo Chévere - gestores de la Sala Nasa - en Palma de Mallorca, donde las tres concentraciones llevadas a cabo por los compañeros del sindicato de Palma resultaron fundamentales para hacer entrar en razón al empresariado implicado.Conflictos como este ponen de manifiesto que, a pesar del disfraz ideológico con que se cubra, el empresariado constituye una clase con intereses contrarios a la clase trabajadora. En este caso, el empresariado teóricamente más izquierdista no dudó en emplear las prácticas más reaccionarias a la hora de enfrentarse a la reclamación de los derechos más básicos por parte de sus trabajadores. Puede ser díficil creer que un empresariado que hace gala, en sus discursos y representaciones, de posiciones anti-capitalistas y revolucionarias, mantenga a sus trabajadores en las condiciones más precarias e intente deslegitimar a los propios trabajadores cuando ejercen las acciones que consideran convenientes para conseguir el poco que les permite reclamar la legalidad.Desde la CNT seguimos manteniendo nuestros irrenunciables posicionamientos de clase y nuestra independencia de toda corriente política o estructura económica. Sólo desde esta independencia podemos denunciar los incumplimientos por parte de toda la clase empresarial, sean reaccionarios o se vistan de revolucionarios.
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