Mié, 13/07/2011 - 01:53 — jaen
Hace 75 años, tirados en la calle contra el levantamiento de los militares sublevados contra la II República, los trabajadores y trabajadoras del Estado español iniciaron un proceso revolucionario que, contra viento y marea, fue capaz de cambiar de cabo a rabo las bases económicas, políticas y culturales sobre las que se levantaba la sociedad de la época. En las provincias donde se logró frenar el golpe de Estado, especialmente en Cataluña, el proceso revolucionario conllevó la ocupación y autogestión de miles de fábricas, talleres, campos, etc. Los aparatos de poder político ligados al Estado fueron desbordados por las asambleas y organismos de gestión de los sindicatos.
La CNT, cuya militancia (la más numerosa entre las organizaciones obreras del Estado) venía preparándose para el momento durante años, trabajó para que la revolución social estuviera en la base del espíritu combativo de los obreros desplazados a los frentes, pues solo un proyecto societario radicalmente enfrentado al liberal-burgués representado por el republicanismo podría mantener el ánimo de un pueblo que aspiraba a ganar la guerra para ganar la revolución social.
Un proyecto de autogestión económica y política que se desenvolvió en un contexto evidentemente hostil, pues a los condicionantes impuestos por la coyuntura de la guerra (esfuerzo bélico, sangría de recursos humanos, bombardeos, quintacolumnismo, etc.) se le sumó la oposición más que manifiesta de todos los sectores políticos del bando republicano (excepto el POUM, cuyos militantes sufrieron el mayor proceso represivo llevado por el estalinismo fuera de las fronteras de la Unión Soviética).
Poco sabe la mayoría de la gente de esa revolución... Los cuarenta años de dictadura, la pérdida de peso político del movimiento libertario en el Estado español y el desembarco en las cátedras de Historia de las universidades de la historiografía marxista (que bien se ha encargado de borrar la memoria de esta Revolución sin líderes ni vanguardias) lograron que la Revolución española, estudiada en medio mundo como paradigma del modelo social del anarquismo, haya desaparecido de la memoria colectiva de la ciudadanía.
Aquí estamos nosotros y nosotras para recordarlo.
¡Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones! ¡Viva la CNT! ¡Viva la Revolución Social!
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