Enviado por actualidad el Lun, 28/11/2011 - 21:16.
Es cierto que los libertarios podemos tener ciertos motivos para mirar con recelo la llamada “Primavera Árabe”. Sin embargo, no es posible pasar por alto que, en el contexto de la confrontación social y de la agitación política que se está viviendo en gran parte de los países árabes, están floreciendo alternativas políticas originales. Todo ello, al tiempo que crece el previsible desengaño de las clases populares hacia la democracia “a la occidental”.
Quienes tenemos la fortuna de sostener con frecuencia largos debates políticos o filosóficos con hombres y mujeres árabes sabemos bien que, tanto nuestra concepción eurocéntrica de la historia, tanto como nuestra manía catalogadora de pensamientos e ideologías, son dos muros mentales que dificultan la comprensión.El ser conscientes de estos prejuicios es lo que nos puede permitir comprender el motivo por el que los movimientos obreros de base marxista, y también el anarquismo, no han gozado de gran popularidad en la historia del pueblo árabe. Si bien, el apoyo mutuo, la autogestión, la autonomía popular y el sentido de lo colectivo son una constante en el comportamiento social de estas naciones. Esto ocurre en cualquier sociedad humana y, en mi opinión, en éstas que nos ocupan, con más fuerza.Como indica el comunicado de presentación del Centre Libertaire d’Etude et Recherchement (CLER), “es evidente que el pensamiento anarquista está marginado y que es desconocido en Marruecos. Sin embargo, en el pasado reciente, la sociedad marroquí ha llevado una práctica libertaria en su vida cotidiana. Se trata de una vida comunitaria, en la que la ayuda mutua, la autonomía, la propiedad colectiva siempre estuvieron presentes; es decir, que esta práctica social cotidiana se conoce, independientemente de la calificación ideológica. Era un camino, en el que se observa una fuerte relación con lo que se llama proyecto libertario. En esa sociedad, la acción era más importante que cualquier calificación ideológica”.Por no irnos muy lejos, en este artículo sólo quiero referirme brevemente a los sucesos que más cercanamente conozco, es decir los acontecidos en la vecina nación alauita. En ésta, así como en su vecina Argelia, la conflictividad social ha crecido de forma exponencial en los últimos cinco años. No obstante, espero tener la oportunidad de dedicar un artículo al incipiente movimiento anarquista sirio-libanés.
Un hito en la historia del movimiento obrero marroquí es sin duda la huelga histórica de los 850 mineros de Khourigba, que mantienen desde hace más de año y medio un enfrentamiento no sólo con la patronal de la empresa OCP sino con las autoridades estatales marroquíes. Los trabajadores de Khourigba recibieron el pasado verano la visita de una delegación de la regional exterior de la CNT y de otra de la CGT.
Además, en Ait Bouayach (provincia de Alhucemas), el pueblo ha protagonizado recientemente varias intentonas de ocupación del Ayuntamiento, tras el desahucio de una anciana viuda de su casa. En la misma localidad se han producido continuas manifestaciones y denuncias de la corrupción y de la crueldad del poder local, desde que en Junio de este año estallara citado el conflicto.
También en Mrirt (provincia de Khenifra) las protestas contra la actividad de la multinacional minera Twisit han dejado hace poco varias decenas de heridos. En esta protesta los elementos obrero y medioambiental se entremezclan, pues la población también muestra abiertamente su rechazo, tanto a la degradación del entorno natural que produce la actividad minera, como a las condiciones de explotación de los trabajadores de la mina.
También se cuentan por decenas los represaliados durante el proceso de lucha de los barrios de chabolas de las afueras de Casablanca y Mohammediyya, así como en Baurfa, ciudad donde los dirigentes del sindicato CDT (Confederation Democratique des Travailleurs) han sido encarcelados.
Con este repunte de las luchas sociales, la población percibe al Estado de forma cada vez más nítida como un instrumento de represión en manos del poder económico. Al tiempo, se está degradando la imagen “sacralizada” del régimen, encabezado por la figura cuasi sagrada del Rey Mohammed VI, oficialmente emparentado nada menos que con el Profeta Mohammed.
Este proceso es muy complicado, ya que, como afirman la activista marroquí exiliada en España Hafsa El Habti y su compañero ´Aziz Ibn Naser, “en Marruecos las alternativas democráticas son vistas como parte del problema. Como ideologías foráneas… la gente está muy apegada a la figura del Rey, y al Islam, porque representan los orígenes del pueblo árabe y una idealizada sociedad tribal colectiva, ante las agresiones de un capitalismo cada vez mas crecido y envalentonado ante la Corona. Ésta ha llevado a cabo un proceso de aperturismo económico y de atracción de inversiones que ha significado una invasión total por parte de corporaciones extranjeras que vulneran y agreden los usos y costumbres locales, así como los derechos humanos.”
En este contexto, es normal que las luchas populares se recrudezcan. Está por ver el camino que estas luchas irán tomando, descartado el lealismo monárquico y la democracia occidental. Sinceramente, no pondría la mano en el fuego por que la alternativa que al final tenga lugar sea precisamente libertaria. Pero sí que estoy seguro de que será un camino ligado a los dos valores que componen la identidad colectiva árabe: el fuerte sentido comunitario y la potente espiritualidad, traducidas, insha Allah [si Alá quiere], en propiedad colectiva y en el respeto al desarrollo de las virtudes humanas, que, como nosotros sabemos, sólo se producen cuando se goza de plena libertad.* D. Martín Arteaga es estudiante de Estudios Árabes e Islámicos.
El Centro Libertario de Estudios e Investigación, un ejemplo de la represión del pensamiento anarquista en Marruecos
Redacción
En 2006 Brahim Fillali, un sociólogo y periodista marroquí, de ideología anarquista, trató de poner en marcha junto con otros compañeros un centro de estudios libertarios en Boulmane Dades, provincia de Ouarzazate. Todos los permisos le fueron denegados por las autoridades locales. A pesar de ello, Fillali continuó luchando, incluso a través de la huelga de hambre, por la cesión de una parcela de terreno colectivo para llevar a cabo el proyecto. Éste incluye la creación de una biblioteca, y de encuentros de debate, así como la investigación sociológica de las tradiciones colectivas y federalistas de los imazighem (bereberes), desde una perspectiva libertaria. El año anterior, había sido incendiado el local en el que Fillali editaba desde 2004 el periódico “Ici et Maintenant” (Aquí y Ahora), un bimensual bilingüe en árabe y francés. A través de este medio, el periodista había informado de las luchas de los trabajadores de las minas de Manganeso de Imini, de la corrupción de las autoridades locales y de la violencia policial.La lucha de Fillali se puede seguir a través del blog www.fibra.over-blog.com.
Periódico: Periódico "cnt" nº 383 - Noviembre 2011
Es cierto que los libertarios podemos tener ciertos motivos para mirar con recelo la llamada “Primavera Árabe”. Sin embargo, no es posible pasar por alto que, en el contexto de la confrontación social y de la agitación política que se está viviendo en gran parte de los países árabes, están floreciendo alternativas políticas originales. Todo ello, al tiempo que crece el previsible desengaño de las clases populares hacia la democracia “a la occidental”.
Quienes tenemos la fortuna de sostener con frecuencia largos debates políticos o filosóficos con hombres y mujeres árabes sabemos bien que, tanto nuestra concepción eurocéntrica de la historia, tanto como nuestra manía catalogadora de pensamientos e ideologías, son dos muros mentales que dificultan la comprensión.El ser conscientes de estos prejuicios es lo que nos puede permitir comprender el motivo por el que los movimientos obreros de base marxista, y también el anarquismo, no han gozado de gran popularidad en la historia del pueblo árabe. Si bien, el apoyo mutuo, la autogestión, la autonomía popular y el sentido de lo colectivo son una constante en el comportamiento social de estas naciones. Esto ocurre en cualquier sociedad humana y, en mi opinión, en éstas que nos ocupan, con más fuerza.Como indica el comunicado de presentación del Centre Libertaire d’Etude et Recherchement (CLER), “es evidente que el pensamiento anarquista está marginado y que es desconocido en Marruecos. Sin embargo, en el pasado reciente, la sociedad marroquí ha llevado una práctica libertaria en su vida cotidiana. Se trata de una vida comunitaria, en la que la ayuda mutua, la autonomía, la propiedad colectiva siempre estuvieron presentes; es decir, que esta práctica social cotidiana se conoce, independientemente de la calificación ideológica. Era un camino, en el que se observa una fuerte relación con lo que se llama proyecto libertario. En esa sociedad, la acción era más importante que cualquier calificación ideológica”.Por no irnos muy lejos, en este artículo sólo quiero referirme brevemente a los sucesos que más cercanamente conozco, es decir los acontecidos en la vecina nación alauita. En ésta, así como en su vecina Argelia, la conflictividad social ha crecido de forma exponencial en los últimos cinco años. No obstante, espero tener la oportunidad de dedicar un artículo al incipiente movimiento anarquista sirio-libanés.
Un hito en la historia del movimiento obrero marroquí es sin duda la huelga histórica de los 850 mineros de Khourigba, que mantienen desde hace más de año y medio un enfrentamiento no sólo con la patronal de la empresa OCP sino con las autoridades estatales marroquíes. Los trabajadores de Khourigba recibieron el pasado verano la visita de una delegación de la regional exterior de la CNT y de otra de la CGT.
Además, en Ait Bouayach (provincia de Alhucemas), el pueblo ha protagonizado recientemente varias intentonas de ocupación del Ayuntamiento, tras el desahucio de una anciana viuda de su casa. En la misma localidad se han producido continuas manifestaciones y denuncias de la corrupción y de la crueldad del poder local, desde que en Junio de este año estallara citado el conflicto.
También en Mrirt (provincia de Khenifra) las protestas contra la actividad de la multinacional minera Twisit han dejado hace poco varias decenas de heridos. En esta protesta los elementos obrero y medioambiental se entremezclan, pues la población también muestra abiertamente su rechazo, tanto a la degradación del entorno natural que produce la actividad minera, como a las condiciones de explotación de los trabajadores de la mina.
También se cuentan por decenas los represaliados durante el proceso de lucha de los barrios de chabolas de las afueras de Casablanca y Mohammediyya, así como en Baurfa, ciudad donde los dirigentes del sindicato CDT (Confederation Democratique des Travailleurs) han sido encarcelados.
Con este repunte de las luchas sociales, la población percibe al Estado de forma cada vez más nítida como un instrumento de represión en manos del poder económico. Al tiempo, se está degradando la imagen “sacralizada” del régimen, encabezado por la figura cuasi sagrada del Rey Mohammed VI, oficialmente emparentado nada menos que con el Profeta Mohammed.
Este proceso es muy complicado, ya que, como afirman la activista marroquí exiliada en España Hafsa El Habti y su compañero ´Aziz Ibn Naser, “en Marruecos las alternativas democráticas son vistas como parte del problema. Como ideologías foráneas… la gente está muy apegada a la figura del Rey, y al Islam, porque representan los orígenes del pueblo árabe y una idealizada sociedad tribal colectiva, ante las agresiones de un capitalismo cada vez mas crecido y envalentonado ante la Corona. Ésta ha llevado a cabo un proceso de aperturismo económico y de atracción de inversiones que ha significado una invasión total por parte de corporaciones extranjeras que vulneran y agreden los usos y costumbres locales, así como los derechos humanos.”
En este contexto, es normal que las luchas populares se recrudezcan. Está por ver el camino que estas luchas irán tomando, descartado el lealismo monárquico y la democracia occidental. Sinceramente, no pondría la mano en el fuego por que la alternativa que al final tenga lugar sea precisamente libertaria. Pero sí que estoy seguro de que será un camino ligado a los dos valores que componen la identidad colectiva árabe: el fuerte sentido comunitario y la potente espiritualidad, traducidas, insha Allah [si Alá quiere], en propiedad colectiva y en el respeto al desarrollo de las virtudes humanas, que, como nosotros sabemos, sólo se producen cuando se goza de plena libertad.* D. Martín Arteaga es estudiante de Estudios Árabes e Islámicos.
El Centro Libertario de Estudios e Investigación, un ejemplo de la represión del pensamiento anarquista en Marruecos
Redacción
En 2006 Brahim Fillali, un sociólogo y periodista marroquí, de ideología anarquista, trató de poner en marcha junto con otros compañeros un centro de estudios libertarios en Boulmane Dades, provincia de Ouarzazate. Todos los permisos le fueron denegados por las autoridades locales. A pesar de ello, Fillali continuó luchando, incluso a través de la huelga de hambre, por la cesión de una parcela de terreno colectivo para llevar a cabo el proyecto. Éste incluye la creación de una biblioteca, y de encuentros de debate, así como la investigación sociológica de las tradiciones colectivas y federalistas de los imazighem (bereberes), desde una perspectiva libertaria. El año anterior, había sido incendiado el local en el que Fillali editaba desde 2004 el periódico “Ici et Maintenant” (Aquí y Ahora), un bimensual bilingüe en árabe y francés. A través de este medio, el periodista había informado de las luchas de los trabajadores de las minas de Manganeso de Imini, de la corrupción de las autoridades locales y de la violencia policial.La lucha de Fillali se puede seguir a través del blog www.fibra.over-blog.com.
Periódico: Periódico "cnt" nº 383 - Noviembre 2011
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