Sáb, 19/06/2010 - 21:31 — prensa
Ayer se publicaba el Decreto Ley de la reforma laboral firmado  por el Consejo de Ministros. Dicho proyecto aún debe de pasar el control  parlamentario, y con bastante probabilidad sufrirá algunos cambios; no  en vano la redacción actual pone de manifiesto la chapucería con la que  ha sido elaborado, así que, sin duda alguna y después del trámite de  rigor, habrá una renovada y con cambios sustanciales. Pese a ello, las  líneas fundamentales ya están trazadas y podemos afirmar que suponen un  golpe sin precedentes a los derechos  de la clase  trabajadora  desde la  instauración de la democracia.
A grandes rasgos se pueden destacar los siguientes aspectos:
-  Se abarata y subvenciona el despido, se bonifican toda una clase de  contratos y se mantiene la posibilidad de despido colectivo simplemente  con indicios de mala gestión (de forma que las empresas no tengan que  argumentar suficientemente la mala situación), o cambio estructural.  Es   significativo que si la actuación empresarial es incorrecta, el  despido colectivo no será ya nulo sino improcedente. Por tanto, no sólo  se abre vía al mal hacer de las empresas sino que además se premia. 
-  Prácticamente desaparece la negociación colectiva pues se amplía la  posibilidad de descuelgue del convenio sólo con indicios. Por otro lado,  da más margen de actuación todavía a los sindicatos oficiales, pues  aquellas empresas en conflicto donde no exista “representación unitaria”  dicho conflicto será gestionado directamente por CCOO y UGT.
-  Las ETT’s se convierten en entidades colaboradoras del INEM sin  especificar cuál será ese alcance de colaboración y se prohiben  tácitamente los vetos a las mismas en los convenios colectivos. Además  entrarán en sectores antes prohibidos como el de la construcción.  Tendrán ánimo de lucro.
- Por otra parte, se apuntan cuestiones  importantes como la reforma de la LISOS (Ley de infracciones y sanciones  en el orden social), régimen de la Seguridad Social... etc.
Ante tamaño ataque a nuestros derechos, la CNT, fiel a su compromiso  con la clase trabajadora, no puede perderse en otros aspectos que no  sean el de la confrontación directa contra los poderes económicos de  este estado, que han demostrado su ineficiencia y miserabilidad para con  la mayoría de la población –una minoría, por el contario, está  obteniendo pingües beneficios con la excusa de la crisis-.
Es por eso que frente a la agresión que se nos viene encima la CNT  debe de orquestar una respuesta continuada en el tiempo,  independientemente incluso de la participación en las posibles huelgas  convocadas, liderando la continuidad de la lucha y potenciando una  estructuración interna ágil y eficaz.

 
 
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