miércoles, 28 de julio de 2010

[BCN] Crónica Festival Jazz y Movimientos Sociales


Mar, 27/07/2010 - 11:55 — Prensa Barcelona

El día 4 de julio de 2010, dentro de los actos por el centenario de la CNT se realizó el Festival de Jazz y Movimientos Sociales. El acto se inició hacia las 17:30h y finalizó en las 20:30h, en el Parque de la Ciutadella, Barcelona.

La primera actuación fue Biel Ballester Trio: Biel Ballester (guitarra solista), Graci Pedro (guitarra rítmica) y Leandro Hipaucha (contrabajo), esta formación, con una amplia trayectoria dentro del panorama del jazz actual, abrió el festival con el característico sonido del Gypsy Jazz o Jazz Manouche. Este estilo se da exclusivamente en Europa y tiene una gran fuerza en Francia, particularmente, es el estilo de jazz más alejado del norteamericano. Nace de la mezcla del vals mossete estilo parís con melodías gitanas tradicionales, por lo tanto con un fuerte arraigo en la cultura popular, se completó con la libertad de improvisación que proporciona el jazz, dando el toque personal al estilo.

El máximo representante y padre de este estilo es Django Reinhardt, virtuosos guitarrista y prolífico compositor, llevó este estilo a su máximo exponente, casualmente este año se conmemora el centenario de su nacimiento. Biel Ballester Trio pretende no solo mantener la tradición del estilo, tocando los estándares más conocidos del género, compuestos por Reinhardt, sino también incorporando las nuevas tendencias marcadas por los gitanos actuales así como aportar su propio grano de arena al desarrollo del estilo con temas propios. Con una gran calidad y con una extrema personalidad, este trío nos ofreció un excelente concierto, que los asistentes pudimos disfrutar. A pesar del calor de una soleada tarde de verano en el parque de la ciudadela, y de la hora de inicio, un gran número de gente disfrutó de un animado, dinámico y virtuoso concierto de gipsy jazz, incitando al baile, a la escucha de buena música y al acercamiento de un estilo de música minoritario a la gente.

Mientras la música sonaba de fondo, gran número de personas paseaban y se detenían ante el espectáculo. Aparte de la música, la organización rodeó el escenario de diferentes propuestas, paradetas de merchandising del centenario, y una exposición sobre la historia del anarquismo de la FELLA. El interés fue grande y se observaba constantemente el acercamiento de la gente a la historia de la CNT, su trayectoria y a la ideología anarquista, gran desconocida por un amplio sector de la sociedad actual. Así pues, la Plaza de las cascadas quedó cubierta de historia rojinegra durante toda una jornada.

El festival continuó con una magnifica introducción la actuación de Llibert Fortuny, Gary Willis y David Gomez del catedrático en historia del jazz Enric Vazquez, profesor en el Taller de Musics de Barcelona y a la UPC. Éste nos ofreció una charla introductoria al mundo de la jam session y a su relación con el pensamiento libertario. Explico la trascendencia de la aparición de un nuevo movimiento musical, el Cordero Bop, en una época convulsiona después de la 2ª Guerra Mundial. Un contexto de crisis social y política, que propulsó una nueva manera de pensar dentro del ambiente del jazz, rompiendo todas las normas del jazz clásico de Big Band, con su carácter comercial, aportando una visión antisistema que surge de los sectores más marginales de la sociedad norteamericana. Pero que finalmente fue absorbida para la visión comercial de algunos, llevándonos a creer que esta revolución no existió nunca, y a pensar con convicción que el jazz es una música para las élites sociales.

Después de esta introducción teórica vino la praxis, Llibert Fortuny (saxo tenor), Gary Willis (bajo) y David Gómez (batería), abrieron la jam session, con diferentes, enrevesadas y magistrales improvisaciones sobre standards clásicos del jazz o partiendo únicamente líneas musicales inventadas sobre la marcha para la ocasión, al grito de autogestión o acción directa, se construyeron piezas musicales únicas para aquel instante. Se llamó a la participación del público y a la colaboración de diferentes músicos que se reunieron en torno al escenario.

En definitiva, una muy buena jornada para el jazz y su revitalización, en una sociedad que encasilla ésta música en ámbitos sociales elitistas, recuperando sus esencias iniciales de los bares de Manhattan autogestionados por los propios músicos y a la libertad de expresión y de pensamiento, que se hacía patente en la comunicación interactiva que se creaba entre los músicos en aquel momento. Una magnifica jornada por la libertad musical.

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